Estas detenciones fueron utilizadas como excusa para registrar uno de
los puntos de reunión de Bukaneros, grupo de seguidores del Rayo Vallecano al
que solía acudir Alfon para animar al equipo de su barrio. Tampoco encontraron
nada que pudiera argumentar la acusación de tenencia de explosivos, pero ya
había logrado la Delegación del Gobierno criminalizar a un colectivo cuyas
reivindicaciones sociales están alcanzando cada vez más notoriedad pública.
Perfecto montaje para matar varios pájaros de un tiro.
Aún así, y pese a todas las evidencias de tratarse de un nuevo montaje
policial, Alfon no sólo no es puesto en libertad (como su novia, a la espera de
juicio), sino que tras presiones de instancias más altas el juez decide
enviarlo a prisión preventiva. El propio fiscal reconoce que no existe riesgo
de fuga, ya que el joven tiene arraigo familiar y cumple con las premisas para
no poder ser aplicado el riesgo de fuga, pero entonces se sacan de la manga una
supuesta ‘alarma social’, que no sólo es absolutamente falsa sino que también
es ilegal, ya que no consta en la ley de enjuiciamiento criminal para aplicar
la prisión preventiva, siendo el único detenido el 14-N en toda Europa en esta
situación.
Pero no sólo les basta con secuestrarlo, sino que a los pocos días le
aplican el régimen FIES, que supone entre otras muchas cosas la intervención de
todas las comunicaciones, incluidas las que tiene con familia y abogado,
restricciones severas, hostigamientos… Una cárcel dentro de la cárcel,
declarado ilegal no hace mucho y denunciado por numerosos organismos a nivel
mundial. La escalada represiva va más allá, dedicándose la Brigada de
Información a acudir a domicilios, a puestos de trabajos y a hacer seguimientos
a varios amigos de Alfon por el simple hecho de haberle escrito a prisión.
La Audiencia ha rechazado el recurso contra la prisión preventiva,
aceptando la ilegalidad de la ‘alarma social’ como principal motivo, pero
inventándose ahora el de ‘riesgo de fuga’, el mismo que el propio fiscal
reconoció no existir desde el principio. No solo existe montaje policial
alimentado por intereses políticos, sino cobertura judicial para llevarlo a
cabo.
Es muy fácil encarcelar y torturar a un joven de clase obrera, mientras
políticos y empresarios corruptos gozan de total impunidad o mientras el estado
indulta a miembros de las fuerzas de seguridad acusados de torturas.
Es por todo ello que familiares, amigos y compañeros de Alfon, así como
todas las organizaciones y colectivos firmantes, exigimos su libertad inmediata
y la absolución de todos los detenidos el 14-N.
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